Lámparas en medio de la noche

El Evangelio de hoy nos presenta una parábola que nos incomoda un poco. Diez jóvenes esperan al esposo, pero solo cinco están preparadas cuando finalmente llega. Las otras cinco, aunque con buenas intenciones, no tienen suficiente aceite y se quedan fuera del banquete.

Jesús no está hablando de lámparas ni de bodas, sino de algo más profundo: nuestra preparación interior para vivir despiertos y atentos a Dios. El aceite representa esa vida interior cultivada día a día: la oración, la fe, el amor fiel, la búsqueda sincera de la verdad.

Y justo hoy, celebramos a una mujer que supo mantener su lámpara encendida en medio de la oscuridad: Santa Edith Stein, también conocida como Santa Teresa Benedicta de la Cruz.

Edith fue una filósofa brillante, judía de nacimiento y atea durante su juventud. Sin embargo, su búsqueda honesta de la verdad la llevó a encontrarse con Cristo. No fue una conversión emocional ni superficial: fue el fruto de años de estudio, de preguntas profundas y de encuentros clave, como su lectura de la vida de Santa Teresa de Jesús. Cuando descubrió la verdad, no se echó atrás: pidió el bautismo, ingresó en el Carmelo y abrazó la cruz, incluso sabiendo el riesgo que corría en plena persecución nazi.

Podría haberse escondido, haber vivido tranquila. Pero eligió estar preparada, con la lámpara encendida, cuando llegó su hora. Fue arrestada y deportada a Auschwitz, donde murió en 1942, ofreciendo su vida por su pueblo y por el mundo. Su aceite fue su fe firme, su amor al prójimo, su confianza en Dios incluso cuando todo parecía perdido.

La parábola de hoy nos invita a vivir como ella: con una fe que no se improvisa, sino que se cultiva. No basta con tener ?buena voluntad? en el último momento. Dios no quiere que vivamos con miedo, sino despiertos, vigilantes, activos en el amor. Y para eso, necesitamos tener nuestras lámparas encendidas cada día, con pequeños gestos de fidelidad, oración, servicio, verdad.

Hoy es un buen momento para preguntar si estoy alimentando mi aceite interior, si vivo de las apariencias, esperando que alguien me dé lo que yo no estoy cultivando, si soy de los que están listos? o de los que esperan a última hora.

Santa Edith Stein nos muestra que la verdad nos encuentra cuando la buscamos con el corazón abierto. Que su testimonio nos inspire a vivir con la lámpara de la fe siempre encendida, incluso en medio de la noche.